martes, 25 de diciembre de 2007

Testimonio de una madre adoptiva

Christopher y Keith nacieron en Guatemala, con poco menos de un año de diferencia, pero en lados opuestos del país.Christhoper, quien cuenta con dos años y medio, tiene siempre una sonrisa a flor de piel y grandes ojos redondos color marrón evidencia de su ascendencia Maya, común en el área montañosa guatemalteca en donde nació.

Keith es ocho meses más joven y un año luz de diferencia ya que es más serio. Tan autosuficiente como lo puede ser un niño de casi dos años, nació en la región de la jungla del país.
Los dos niños hubieran podido pasar sus vidas en Guatemala, sin siquiera conocer la existencia del otro. En cambio, se han convertido en hermanos en Laredo.
Christopher and Ketih se convirtieron en el tercer y cuarto hijo de Kimberly y Tano Tijerina en octubre de 2005 y agosto de 2006, respectivamente.
Los Tijerinas ya contaban con dos hijos biológicos, Bonnie, ahora de 10 años y Caye, ahora de 6 años.
La pareja había hablado frecuentemente acerca del tema de la adopción. Pero quizás "discutieron" es una mejor palabra que "hablado".
Kimberly quería adoptar desde que vio la obra musical Annie, a la edad de 7 años. Rompió en llanto cuando regresaba a casa, llorando por todos los huérfanos que no fueron adoptados.
"Sencillamente supe que iba a ser parte de mi vida", expresó.
Tano, no obstante, pensaba que la adopción conllevaba graves problemas inherentes y se rehusaba a considerar el tema.
Se convirtió en un gran problema.
"Durante los primeros cinco años de matrimonio, mi esposa me rogaba para que adoptáramos niños", comentó. "Llegué a un punto en donde sencillamente abruptamente le decía: No".
Durante los cinco años siguientes, no hablaron tocaron el tema de la adopción en lo absoluto, sin embargo Kimberly nunca dejó de querer adoptar.
Los Tijerina son gente religiosa, y Kimberly le habló a Dios acerca del deseo que sentía tan fuerte y que su esposo no compartía en lo absoluto.
"Era como, quítamelo u otórgaselo a él", comentó.
Tano cree que Dios no solamente le dio el deseo para adoptar, sino también una misión por hacer. Fue, dijo, una experencia repentina y profunda.
"Estaba rezando y dije: Señor, ¿qué puedo hacer por tí el día de hoy?, y literalmente lo oí decir: Tengo un niño para tí mas no proviene de tí", relató.
Esa noche, Tano le anunció a su esposa su cambio de opinión acerca de su postura que había firmemente sostenido durante una década.
"Después de 10 años, mi corazón dio un vuelco de 360 grados", expresó.
Los Tijerina realizaron algunas investigaciones y también rezaron y decidieron adoptar un niño de Guatemala. Encontraron una agencia de adopciones, hicieron el papeleo y estaban a punto de convertir a Christopher en el miembro más reciente de la familia.
En julio de 2005, recibieron una llamada de la agencia. Christopher se encontraba gravemente enfermo con una infección respiratoria.
Nunca habían visto a su hijo, sin embargo estuvieron preocupados ante la posibilidad de perderlo. Los Tijerinas viajaron a Guatemala, conscientes de que quizás estaban en camino a un funeral.
La primera noche que pasaron con Christopher, dejó de respirar en tres ocasiones, relató Kimberly.
Pero en las tres ocasiones Christopher comenzó a respirar una vez más y lentamente se recuperó. Bonnie, quien estudia en casa, se quedó en Guatemala durante tres meses junto con su madre y su nuevo hermano.
En febrero de 2006, la agencia de adopción guatemalteca llamó una vez más a los Tijerina. Esta vez, era debido a que una mujer acaba der dar en adopción a un niño pequeño, quien tenía una hermana biológica en Dallas.
"Colgué el teléfono y miré a Tano y dije: Mmm, creo que tenemos otro hijo", declaró Kimberly.
Para ese otoño, Christopher y Keith eran tan cercanos como hermanos gemelos, dijo. Sin embargo, Keith y Tano no se llevaron bien en un principio.
"Chocábamos mucho", comentó Tano. "Mucho, mucho".
Parece gracioso oír a Tano un hombre robusto quien pasó años jugando béisbol profesional de las ligas menores hablar acerca de sus luchas con el menor. Pero lo que le hacía falta a Keith en tamaño lo compensaba con espíritu.
Antes de que cumpliera un año, el niño ya comía por sí solo y se rehusaba a comer los pequeñso pedazos de comida que le ofrecía su padre.
"Como hombre de la casa, sentía que Keith debía de cambiar para encajar con nosotros", dijo Tano. "Finalemente, me percaté de yo también tenía que cambiar".
Tano suavizó su actitud y trabajó arduamente para pasar tanto tiempo como fuera posible con el pequño para que pudieran establecer un vínculo, y ahora los dos se llevan bien, comentó.
La madres biológicas de Christopher y Keith ya han tenido varios hijos cada una de ellas y no podían proveerle a los niños inclusive las necesidades más básicas.
Sus circunstancias cambiaron drásticamente con la adopción. Los Tijerinas son acaudalados. Poseen una suntuosa casa con garage para cinco autos en una hacienda, ubicada al norte de Laredo, la cual impresionaría a la mayoría de los americanos e impresionaría a los guatemaltecos.
Kimberly ahora se ha convertido en Daddy Warbucks, mas no puede adoptar a todos los niños.
"No podemos adoptar a todos los niños en el mundo, pero ¿qué más podemos hacer?", preguntó. "Podemos ayudar a otras personas para que adopte. Podemos ayudar al país de Guatemala".
Y ellos están haciendo eso. A través de su iglesia, lo Tijerinas han alentado y sufragado los gastos de otras familias para el proceso de adopción. Tano acaba de regresar de una obra misionera en Guatemala, y planean visitar el país frecuentemente. Al adoptar a sus hijos, también adoptaron u país nuevo.
Tano y Kimberly no esperan ser alabados por su sacrificio. De hecho, se sienten incómodos cuando las personas implican que están sacrificándose, o están realizando algún tipo de inversión espiritual. Sencillamente aman a sus cuatro hijos.
"La gente dice que somos santos o que Dios nos lo retribuirá", comentó Kimberly. "No esperamos ser retribuidos".
¿Volverán a adoptar?
Se realiza una breve pausa un poco incómoda.
"No creo que la posibilidad esté descartada", finalizó.
(Puede contactar a Zachary Franz al 728-2582 o escribir un correo electrónico a zfranz@lmtonline.com)

jueves, 20 de diciembre de 2007

"Lo siento: no puedo ser tu madre"


Reproducimos aquí: el artículo publicado en La Nación el día 17 de diciembre. Trata del problema de los embarazos no deseados y de los motivos por los que algunas madres abandonan a sus hijos recién nacidos. También se habla de los supuestos en que las madres los dan en adopción. Aunque se señalan las diferencias entre uno y otro supuesto, y admitiendo que también hay semejanzas, conviene advertir que mientras el primero se ve recriminable, el segundo presenta aspectos no sólo legítimos sino buenos. Aún así, siguen mostrándose de algún modo ambas acciones como algo recriminable. El título parece indicarlo así: "lo siento: no puedo ser tu madre". Me parece importante mostrar que este es uno de los motivos que a muchas mujeres las empuja a abortar: "como no puedo ser tu madre, lo siento, es mejor que no nazcas". Les parece mejor abortar que dar a luz a un niño al que no van a poder tener como hijo.


En 2006, 584 mujeres llamaron al Sename para consultar cómo ceder a sus hijos en adopción. Niñas de sólo diez años. También mujeres sobre los 40. No son las únicas. Otras los abandonan en calles u hospitales, como ocurrió recientemente en Angol. Embarazos no deseados, pobreza y soledad están tras su decisión.


Dio nombres falsos para ingresar al Hospital de Angol. Estaba a punto de dar a luz. Por eso se obvió el hecho de que no portara cédula de identidad. Su hijo nació sano. Lo tuvo en sus brazos, lo acarició, lo abrigó, lo amamantó, lo dejó en su cuna y se fue del recinto asistencial sin mirar atrás.
Este caso de abandono -que tiene a la policía en busca de la madre- reabrió el debate sobre el derecho a no querer o no poder ser madre.
En Chile abandonar a un hijo -aunque sea en un lugar seguro como un hospital- se paga hasta con cinco años de cárcel. Ello sin contar con el peso de un juicio social implacable.
José Antonio Rivera, sociólogo y jefe de desarrollo e investigación de la Fundación San José para la Adopción, dice que si se pone como centro al recién nacido, el abandono en lugares públicos es una práctica que siempre deja, en mayor o menor medida, en riesgo al niño. "Por eso, una penalización severa viene a desincentivar esta salida irresponsable al embarazo no deseado".
Sin embargo, considera que tal respuesta tiene un inconveniente: la penalización por sí misma no resuelve el problema de fondo. "Hay una mirada algo economicista, pues pone el acento en los incentivos más inmediatos que mueven a las personas. Como fundación, en cambio, proponemos una transformación cultural que ubique la adopción como una alternativa real al embarazo no deseado. Para eso hay que desterrar el prejuicio que cae sobre las mujeres que ceden sus hijos en adopción, y también aprender a valorar a la familia adoptiva como otra forma de hacer familia".
Igual piensa Pilar Landerreche, directora de la Fundación Chilena de la Adopción, quien hace hincapié en el tema del juicio social. "Hay un contexto que se desconoce. En el caso de esta mujer (Angol) ella tuvo la delicadeza de dejarla en un hospital. Podría haber abortado, pero le ofreció lo mejor que pudo ofrecerle. Antes de juzgar hay que conocer la situación", dice.

Solas y sin dinero
El tema no es menor. Sólo en 2006, según el Servicio Nacional de Menores, 584 mujeres solicitaron información de cómo ceder a su hijo en adopción, entre ellas niñas de 10 años. De todas las que consultaron sólo un 11,3% entregó finalmente a sus hijos. El resto no lo cedió, al menos, por esta vía.
Se trata en su mayoría de mujeres solteras (77,4%), cesantes (25,9%), estudiantes (25,9%) o dueñas de casa (17,8%). No hay figura paterna responsable, aunque no es la principal razón. Tener un "hijo no deseado" (41,8%) y la falta de dinero y apoyo familiar son los motivos más mencionados (ver infografía).
"El que una mujer perciba su embarazo como no deseado se debe a un conjunto de razones difíciles de distinguir o separar, ya que es un fenómeno -como casi todos los sicosociales- de origen multicausal. Teniendo esto en mente, son muchas las motivaciones consignadas por las mujeres para ceder su hijo en adopción, entre las cuales se cuentan motivos económicos, ausencia de pareja estable, falta de apoyo familiar y la interferencia de la posible maternidad con su proyecto de vida. Otra causa de gran relevancia sería la incapacidad de vincularse afectivamente con el bebé, de generar grados importantes de apego con el niño en gestación, debido a que en su propia historia vital existen modelos de interacción familiar deficitarios y poco empáticos", dice Rivera, quien acaba de lanzar el libro "La adopción en Chile. Una mirada a sus protagonistas".
"Engorrosa adopción"
El problema es que para algunos la adopción está lejos de ser un proceso facilitador, que ayude a la madre. Así lo cree la sicóloga Nadine Schramm, autora de la tesis de investigación "Mujeres en conflicto con la maternidad. La entrega de un hijo en adopción o la transgresión del ideal materno", del departamento de Sicología de la Universidad de Chile.
Schramm describe el sistema, que califica, como engorroso: "Le piden a la madre inscribir y reconocer legalmente al hijo, para luego dejarlo en el hospital. De allí el niño es reubicado en un hogar de protección". En rigor se le pide que lo abandone legalmente. Scharmm dice que no existe un procedimiento especial para ceder a un hijo en adopción. "La figura que legalmente se impone es la del abandono. No basta con la declaración de voluntad de la cesión por parte de la mujer. De hecho el juicio es básicamente en contra de ella".
En ese sentido la sicóloga dice que debería simplificarse el trámite de adopción y que debiera existir una institución que no sólo vele por los derechos de los niños -como es hoy- sino también por el de estas madres.
Scharmm también critica que estas mujeres sean tratadas implícitamente como incapacitadas por el sistema. "Aquí en Londres (donde la experta hace un postitulo) leí la semana pasada de un caso en que una mujer que decidió entregar su hijo en adopción (allá el aborto es legal, hoy se discute si su límite de 24 semanas sea muy alto). Y básicamente ocurre lo mismo que en Chile. Los jueces deciden consultar a los padres de la mujer (de 25 años) si quieren quedarse con el bebé. Si ellos no quieren o pueden, se consultará al padre de la guagua, quien no sabe de su existencia. Es decir, nadie respeta la decisión de la madre de entregar a su hijo. ¿Por qué la adopción sería la peor alternativa para el niño?", se pregunta.
La sicóloga dice que el sistema de alguna forma pide que los padres rectifiquen la decisión de su hija. "Pero creo que una mujer adulta, debería poder decidir si ser tratada meramente como hija de sus padres. En este sentido, no es el texto legal el que explícitamente diga que esta mujer es incapaz de tomar esa decisión. Pero claramente está implícito en los procedimientos legales".
El sociólogo de la Fundación San José, sostiene que debido a que desvincularse de un hijo es un proceso complejo y definitivo, se le otorga a las mujeres todas las garantías para que decidan de la manera más libre, informada y responsable posible. "Se intenta asegurar una elección consciente, que le permita dimensionar el alcance de la decisión que está tomando, lo que obviamente exige un tiempo adecuado. Sin perjuicio de ello, nuestra experiencia dice que los períodos de permanencia de los recién nacidos en Casa Belén -hogar donde se encuentran transitoriamente los niños en proceso de adopción- se han ido acortando significativamente, lo que demuestra que el proceso legal también es más ágil y expedito que antes".
Algo que Scharmm no niega, pero que -a su juicio- no es suficiente. "Desde la implementación de los tribunales de familia se ha acortado el tiempo de decisión de la mujer considerablemente. Pero que sea más expedito no significa que sea más fácil para la mujer. La citación a tribunales de los parientes, que según la ley pueden ser hasta de tercer grado, puede implicar mucha demora. Porque al final, la decisión no es de la mujer sino de su familia", remata. LN

lunes, 3 de diciembre de 2007

Se agilizan los trámites de adopción en Murcia

«Más rápido, con más garantías y más transparente». Así será el proceso de adopción de menores en la Región gracias al decreto aprobado ayer por el consejo de Gobierno, según el portavoz y consejero de Presidencia, Juan Antonio de Heras.

El decreto actualiza los procedimientos administrativos para la adopción tras la modificación del Código Civil, que incluyó la equiparación de las familias monoparentales a las formadas por matrimonios -también los de individuos del mismo sexo- y el derecho del menor adoptado de conocer, una vez alcanzada la edad adulta, el historial de su adopción.Además, el decreto especifica las condiciones de idoneidad para los padres -teniendo preferencia los acogedores cuya diferencia de edad con los menores no supere los 42 años, y no 40 como hasta ahora- y permite simultanear y compatibilizar el proceso de adopción internacional con el de adopción nacional o regional.Desde 2003, en la Región se han realizado 570 solicitudes de adopción nacional, de las que 226, un 40% aproximadamente, han recibido un auto -positivo- de adopción. 901 familias murcianas solicitaron, también desde esa fecha, una adopción internacional. De ellas, 204 ya han sido resueltas por los países de origen, según los datos aportados por el Ejecutivo regional.Para el portavoz del Gobierno autonómico, De Heras, este decreto «refuerza el derecho de los menores», por el que «la Comunidad Autónoma vigila especialmente» porque según explicó «nuestra preocupación no son los padres que buscan hijo, sino los menores que necesitan una familia».

De Heras resaltó especialmente el compromiso de la Administración regional para reducir de 12 meses -plazo máximo fijado por la ley estatal- a 7 meses el plazo para realizar la declaración de idoneidad a las familias, primer paso para la adopción. Laura Muñoz, directora de Familia y Menor explicó ayer a La Verdad, que desde su departamento «se realizan todos los esfuerzos para agilizar esta primera fase, porque después el proceso es muy largo» e informó que, en la actualidad, las declaraciones de idoneidad se están realizando en ocho meses y medio de media.



De Heras también aprovechó su intervención tras el consejo de Gobierno para animar a las familias murcianas a acoger a los menores tutelados por la Administración regional «especialmente en las fechas navideñas que se acercan, porque no hay nada más bonito que ofrecer una familia a un niño».

En la actualidad hay 1.100 menores en esta situación, si bien unos están viviendo con su familia extensa -tíos o abuelos-, en acogimiento pre-adoptivo o acogidos temporalmente -fines de semana- o permanentemente, o en los centros de menores. En estas instalaciones hay 224 menores. 70 de ellos difícilmente serán adoptados por su edad o por sufrir minusvalías. Por eso, se pide el compromiso de 70 familias que ayuden a su mejor integración social acogiéndolos.